
Uno de los principales indicadores de salud de un bebé en el nacimiento es su peso, pues cualquiera que esté por debajo de los 2,5 kilogramos se considera un bebé de bajo peso, siendo los partos prematuros o el tamaño pequeño con relación a la edad de gestación uno de los principales motivos por los que sucede esto.
Cuando un bebé nace con un déficit en su peso corporal es bastante común que no vaya acorde con la curva de crecimiento adecuada, al menos en el transcurso del primer año de vida, aunque esto no quiere decir que exista un problema de salud, lo importante es que se produzca un crecimiento positivo.
En estos casos la alimentación es algo indispensable, ya que contribuye a mantener la buena salud del bebé y reduce las probabilidades de que se produzca un cuadro de desnutrición o cualquier otra complicación de salud, es ahí donde se requiere de las recomendaciones de un médico y un nutricionista, pues además de la lactancia materna, es probable que se requiere algún tipo de suplemento.
Para determinar cuál es la forma en la que se debe alimentar a un bebé que tiene un peso considera como bajo, se requiere determinar el peso tanto para las niñas como para los niños, además de la edad del bebé, por eso hemos resumido información relevante en este artículo basado en las recomendaciones de tuasaude.com bajo la revisión de la pediatra Beatriz Beltrame.
Por lo general se sugiere que los bebés mantengan lactancia materna exclusiva hasta cumplir los 6 meses de edad, siendo una alternativa el suministro de leche de una donante, siempre que se lleve a cabo en los bancos de leche.
Ahora bien, si a pesar de la lactancia materna, el bebé no registra un aumento de peso positivo, se debe revisar que se esté realizando una técnica de lactancia adecuada, por eso se necesita de la ayuda de un médico y de un nutricionista, quienes pueden sugerir el uso de los llamados fortificadores de leche humana, que contribuyen con el aumento de peso y el crecimiento, además de conservar los aportes metabólicos y nutricionales de la leche.
Si se diera el caso de que el bebé no pueda ser alimentado con leche materna, se puede optar por una leche artificial que se adapte a su condición de salud, siempre que sea recetada por el médico pediatra y/o por el nutricionista.
Cuando el bebé cumple los 6 meses de edad es momento de iniciar una alimentación complementaria, pero si sigue registrando un peso bajo o incluso si se pierde peso como efecto de algún padecimiento de salud, se debe mantener la lactancia materna cada vez que él lo pida o la leche de continuación con dosis de 6 a 8 onzas, de 4 a 6 veces diarias, para ir integrando alimentos de forma progresiva.
Se sugiere que los primeros alimentos que se integren al menú del bebé sean frutas en puré, como por ejemplo la manzana, la pera o la banana, tratándolas y agregando un poco de leche materna o leche artificial, ya que esto ayuda a elevar la cantidad de calorías.
Luego de que el bebé se adapta al consumo de frutas se pueden ir integrando ciertas verduras, como por ejemplo la zanahoria, la calabaza, la batata o la coliflor, siempre que se cocinen y se trituren igual que las frutas, estos se caracterizan por tener un sabor que les agrada mucho a los bebés, además de ofrecerles muchos nutrientes y una cantidad adecuada de calorías.
Igualmente, está permitido incluir otros alimentos que sean nutritivos, como por ejemplo la crema de arroz, la avena, la maicena o las papillas fortificadas, pudiendo prepararse tanto con la leche materna como con leche de fórmula, incluso se puede agregar una cucharada pequeña de aceite en las sopas para aumentar la cantidad de calorías.
Aunque es importante que el bebé coma, también es indispensable que se respeten sus necesidades, es decir que no se le debe forzar a ingerir alimentos, siempre esperando que a este le dé hambre y que la comida que consume le genere satisfacción, y en el caso de que lo rechace se debe buscar alternativas para que coma.
Lo mejor es experimentar con sabores, combinaciones texturas y técnicas de estimulación, así como se debe disminuir las distracciones que este pueda tener, siempre manteniendo un contacto verbal y visual con él.
La cantidad de comida que el bebe debe ingerir debe aumentar progresivamente, iniciando con dos cucharaditas y si este se adapta al sabor se puede subir a tres cucharadas, para luego subir a cuatro y así sucesivamente, para que al cumplir los 7 meses pueda comer medio plato.
La cantidad de comida que debe comer el bebé varía dependiendo de la tasa de crecimiento, la cantidad de leche materna que ingiere, el gasto de energía que tiene y la existencia de enfermedades crónicas o agudas que se traducen en necesidades energéticas distintas, por eso siempre se debe consultar con los especialistas.